¿Cuál es el etiquetado del pescado y marisco congelado?

El etiquetado del pescado congelado es importante, teniendo en cuenta que la congelación es uno de los sistemas que mejor mantiene las características naturales del producto fresco. Si se congelamos un buen pescado, tendremos la garantía de que, al descongelarlo tendrá buena calidad

Para asegurarnos de que efectivamente se cumplen este principio, en Enero de 2003 entró en vigor el Real Decreto 1380/2002, de 20 de diciembre. Que trata sobre la identificación de los productos congelados y ultracongelados, procedentes de la pesca. Y hoy en Zulimar, nos gustaría explicarte un poco en qué consiste este etiquetado.

¿Por qué el etiquetado del pescado es importante?

El reglamento europeo pretende contribuir a la trazabilidad del producto. No sólo para que pueda tomar decisiones de consumo, sino que es necesario por salud y seguridad alimentaria.

El etiquetado de productos congelado nos permite tomar decisiones de compra más acertadas, gracias a que podemos saber si: el producto ha sido o no descongelado antes de que llegue a nuestra mesa, sus materias primas, sus alérgenos, dónde fue capturado o la fecha de consumo preferente.

¿Cuál es la información obligatoria?

La información alimentaria del etiquetado tiene que ser clara, completa y útil para el usuario. Tenga o no conocimientos del sector, cualquier consumidor debe ser capaz de entender la información que aparece en las bolsas de envasado

La legislación actual obliga a que en el etiquetado de los productos congelados aparezca la siguiente información:

1. Denominación comercial y nombre científico de la especie: En algunas ocasiones el nombre comercial del producto no tiene porqué corresponderse con el nombre científico y puede llevar a error en cuanto a su procedencia. La denominación comercial puede variar, ya que puede darse la circunstancia de que a un mismo pescado se le denomine de modo diferente en diferentes partes del país. (Sepia=choco=jibia) el nombre científico si debe corresponder con la denominación oficial. La denominación además, debe corresponder exactamente con la del alimento publicado en la lista oficial de cada país de la UE.
2. Zona de captura / origen / País de producción: Para el consumidor, tomar la decisión de comprar o no de pescado congelado según su procedencia es una decisión importante y ayuda a fomentar la pesca sostenible.
   Los productos pesqueros procedentes del Atlántico nordeste, el Mediterráneo y el mar Negro deben indicar el nombre de la subzona o división, así como un nombre fácil de entender para el consumidor, o bien un mapa o un símbolo. En los demás casos solo es necesario indicar el nombre, la lista de zonas, subzonas y divisiones (CIEM) está publicada por la FAO y puedes leerla aquí. Conocer la zona de pesca nos ayudará a saber si estamos o no aportando de más a la producción del producto, es decir que, si no estamos comprando pescado o marisco  de temporada, estos no pertenecen a nuestra zona. Por lo tanto, aparte de estar consumiendo una especie que no está en su mejor momento, estaremos añadiendo costes de transporte innecesarios
3. Arte de pesca: El consumidor debería tener en cuenta el impacto de cada una de ella, como es la pesca de arrastre, palangre, dragas, líneas y anzuelos, etc…. . Además, si el envasado contiene productos de la misma especie, pero obtenidos con diferentes métodos, deben especificarse todos ellos. Pesca Salvaje o de cría: cada vez es más común encontrar en nuestra pescaderías pescado de cría o piscifactoría, debido en gran medida al crecimiento de la población global
4. La lista de ingredientes: Si es un producto único, basta con el nombre del producto
5. La cantidad de ingredientes: Normalmente expresado en porcentaje. Que nos ayude a calcular los valores nutricionales
6. Peso neto escurrido: Si el producto ha sido congelado o ultracongelado, como es nuestro caso, también se debe incluir qué líquido es el que se añade al formato (agua) y el peso del producto escurrido.
7. Información nutricional: con el valor energético y las cantidades de grasas, ácidos grasos saturados, carbohidratos, azúcares, proteínas y sal por cada 100 g.
8. Fecha de congelación: (o de primera congelación, si es el caso).
9. Número de lote de producto: Esta referencia nos puede ayudar a identificar a que lote pertenece una bolsa en concreto de congelados.
10. Registro sanitario del fabricante: Este código viene encerrado en un óvalo
11. Fecha de congelación y fecha de consumo preferente: El consumidor final tiende a pensar que la fecha de consumo no expira por estar congelado, pese a que es igual de importante.
12. Listado de alérgenos: Los productos envasados deben tener una lista de ingredientes y alérgenos. Y es más importante cuantos más productos se añaden al producto, como en el caso de los preparados de marisco congelado. El etiquetado debe incluir una referencia clara a cualquier alérgeno que pueda contener. Incluidas las trazas que se pueden encontrar en la factoría en la que produce el producto y debe ser fácilmente distinguibles del resto de ingredientes. Además de que esta información debe ser resaltada de alguna con iconografía, o en negrita.

Además, en el etiquetado del pescado y mariscos congelados es obligatorio incluir:

1. Nombre o razón social y dirección de la empresa alimentaria.
2. Modo de empleo o de mantenimiento: Se debería especificar la temperatura a la que se debe mantener el producto congelado, y las recomendaciones de uso o de cocina. Además, que nunca está de más recordar que, por la normativa en seguridad y salud alimentaria no se debe congelar un alimento que ya ha sido previamente descongelado. Aparte de perder buena parte de su calidad, de no ser cocinado inmediatamente, nos arriesgamos a consumir un producto en el que proliferan bacterias.
3. Marca de autorización: Los sellos que abalan el producto

La etiqueta debe ser estar siempre en un sitio legible, y bien visible. Y toda la información tiene que ser fácilmente distinguible. Como te mostramos en dos ejemplos de nuestros productos

En Zulimar siempre estamos pensando en cómo ayudar al consumidor, y fomentar la compra sostenible.